Autor: José Emilio Pacheco.
La novela relata la historia de Carlos, un chico que vive
en la ciudad de México y que, como cualquier adolescente, está pasando por una
etapa llena de inseguridades e inquietudes, y por lo mismo no sabe si sentirse
enamorado es algo bueno o malo.
Carlos cuenta que en su escuela, durante los recreos, él y sus amigos comían tortas de nata y jugaban en dos bandos: árabes y judíos. Le llamaban a su juego “las batallas en el desierto”, ya que el patio no cortaba con ningún tipo de vegetación y la tierra del patio estaba colorada.
Uno de sus amigos más cercanos se llamaba Jim, un chico nacido en
Estados Unidos. Un día Jim invitó a Carlos a merendar a su casa. Carlos conoció
a la mamá de su amigo, se llamaba Mariana, y le pareció muy elegante y hermosa.
Comieron sándwiches asados. Al terminar, dio las gracias y se retiró. Iba
caminando rumbo a su casa, cuando en eso se quedó pensando... se acababa
de enamorar de la mamá de su gran amigo Jim pero, sin embargo nada pasaría.
Solamente seguiría enamorado en secreto, sabiendo que nunca tendría oportunidad alguna con Mariana.
Y después de eso, Carlos iba con cualquier pretexto a casa de
su amigo con tal de ver a Mariana. Ella se había convertido en su obsesión.
Pero llegó un día en que ya no pudo resistir más, y pidió permiso a su
profesor para ir al baño pero se salió de la escuela. Llegó al departamento de
Mariana y ésta se asombró al verlo. Se sentaron a conversar en la sala y,
después de un rato, le dijo la verdad, le confesó que estaba enamorado de ella. Pero ella le dice que nunca podrá haber nada entre ellos, debido a la diferencia
de edades, pero le sugiere que todo siga normal, y que siga visitando a Jim
como lo ha hecho siempre. Él le agradeció su comprensión y se fue, pero en vez
de regresar a la escuela se fue a su casa. Llegó con el pretexto de sentirse
enfermo, pero sus padres ya estaban al tanto de lo que había ocurrido.
Todo mundo le reclamaba que lo que había hecho estaba mal. Aunque él pensaba que estar enamorado no tenía nada de malo. Pero sus padres pensaban diferente. Lo llevaron a la iglesia y a un consultorio psiquiátrico con el propósito de que lo ayudaran, pero ¿cómo lo podían ayudar? Estar enamorado no es un pecado.
Su mamá sugirió cambiarlo de escuela, y así fue. Entró a una nueva escuela, conoció gente nueva, y no volvió a ver a sus
amigos, ni a Jim. Y a pesar de los años, Carlos seguía enamorado de Mariana.
Un día se encontró con un viejo amigo de la escuela, Rosales, con el que tiempo atrás
había tenido varios pleitos. Rosales le platicó que cuando Carlos se fue de la escuela, Jim
se encargó de contarle a cada uno de sus compañeros lo que había sucedido con
él y su mamá. Pero aparte, Rosales también le contó un hecho muy trágico que había
ocurrido: la madre de Jim murió, se suicidó. Y ahora Jim ya no vivía en el país.
Carlos no podría creer lo que escuchaba y se fue corriendo.
Pensaba que tal vez era una broma de Rosales, y quiso ver
con sus propios ojos si aquello era cierto. Así que llegó hasta el edificio de
Mariana, tocó el timbre del departamento, pero le informaron que ahí no vivía ninguna Mariana. Fue preguntando departamento por departamento pero
nadie le supo informar qué es lo que había pasado porque nadie recordaba haber
conocido a la familia de Jim.
Estuvo deprimido durante un tiempo. Después de fue a vivir a otro país.
Jamás volvió a ver a sus amigos de la escuela, ni a Jim, ni a Mariana. Y el México de aquellos años nunca volvió a ser el mismo.
Jamás volvió a ver a sus amigos de la escuela, ni a Jim, ni a Mariana. Y el México de aquellos años nunca volvió a ser el mismo.
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